
Se está celebrando estos días en la Audiencia Nacional el juicio por el espionaje a los abogados de Julian Assange, en el que está involucrada una empresa de seguridad española, Undecover Global, dirigida por el ex infante de marina David Morales
Se está dilucidando en la Audiencia Nacional el espionaje al que una empresa de seguridad española sometió al activista Julian Assange mientras este estaba asilado en la embajada ecuatoriana en Londres.
El tema, profusamente recogido en los medios de prensa, relataba como la empresa de David Morales, Undecover Global S. L., encargada de la seguridad de la embajada ecuatoriana en Londres, había espiado al activista por indicación de la CIA.
Todo tipo de información

David Morales entregó a la CIA centenares de vídeos y de audios sobre la actividad del activista australiano mientras estuvo asilado en la legación diplomática ecuatoriana en Londres.
Entre ese material estaban sistematizadas todas las reuniones que Assange mantuvo con sus abogados, pero también cualquier tipo de actividad que el director de Wikileaks hubiese mantenido en la embajada.
Los encargados de seguridad, contratados por Undecover Global S. L., tenían una segunda actividad, como era espiar al personal diplomático y en especial a Assange y a todas aquellas personas que tuviesen relación con él.
Inclusive está documentado, según testimonio de la mujer de Assange, como se intentó robar el pañal de hijo de la pareja del físico australiano para determinar, mediante una prueba de ADN, si era el hijo del que fuese conocido como Mendax.
Sus abogados no sabían que eran espiados

Eso es lo que han declarado en la Audiencia Nacional los abogados de Julian Assange, Baltasar Garzón y Stella Morris, que han declarado esta mañana en la Audiencia Nacional ante el Juez de la Mata.
Ellos dos y el que fuese cónsul de ecuador en Reino Unido, Félix Narváez, han declarado en calidad de testigos ante el juez José de la Mata, en la causa judicial que se sigue contra David Morales.
El ex infante de marina está acusado, entre otros delitos, de la grabación de las conversaciones que los letrados mantuvieron con Assange.
Coincide que Morris es la pareja de Assange, y ha relatado como un técnico de seguridad de Undecover Global S.L. le relató cómo le habían obligado a robar un pañal de su hijo para someterlo a un análisis de ADN para saber si era el hijo de activista australiano.
De hecho, Morris ha hecho público hace escasas fechas que durante los años de encierro de Assange en la legación diplomática había tenido dos hijos con el australiano.
Ecuador niega haber dado permiso para las grabaciones

El que fuera cónsul de Ecuador en Reino Unido, Fidel Narváez, ha declarado que en ningún momento el gobierno ecuatoriano dio permiso a los técnicos de seguridad de Undecover Global para que grabasen al australiano.
Del mismo modo, la empresa de David Morales nunca comunicó a las autoridades ecuatorianas que estaban grabando las reuniones que Assange mantenía con sus abogados, periodistas y amigos.
Asimismo, Baltasar Garzón ha recocido como de su pasaporte, las fotografías que se han presentado como pruebas de que la empresa de seguridad tenía en su poder y que demostrarían que se produjo robo de información en la legación diplomática.
Determinar si la CIA tuvo acceso a las grabaciones

Es el objeto del proceso judicial que se desarrolla en la Audiencia Nacional y que está siendo instruido por el juez José de la Mata.
Lo que se pretende determinar es si Morales puso a disposición de la CIA los informes, los vídeos y los audios que se obtuvieron en la embajada.
Además, de la Mata ha enviado una comisión rogatoria a Estados Unidos para interrogar al congresista Dana Rohrabacher, que presuntamente visitó la legación diplomática ecuatoriana para prometer a Assange el perdón presidencial.
Para lograrlo, Assange debería negar públicamente la implicación de Rusia en la filtración de los correos electrónicos de Hillary Clinton en plena campaña electoral.
La vinculación es clara

Y queda demostrado porque varios trabajadores de UG han declarado, tanto judicialmente como a diversos medios, que Morales les dijo, verbalmente y por comunicación escrita, que trabajaba para “los americanos”.
El contacto con la CIA, aparentemente, se pudo fraguar en una feria de defensa que se celebró en Las Vegas y a la que Morales acudió.
Sobre el papel, UG trabajaba para el gobierno ecuatoriano y tenía como misión la guarda de la embajada ecuatoriana en Londres, habiendo sido contratado por el SENAIN, el servicio de inteligencia ecuatoriano.
La CIA accedía en tiempo real

Con la instalación de nuevas cámaras de vídeo, dotadas de micrófonos, además de grabar toda la actividad, se abrió un canal en streaming para que desde Estados Unidos se pudiese acceder a esas grabaciones.
Tal como explicó Morales a sus técnicos, tenían que «abrir» tres accesos en el repositorio de las grabaciones: uno para UG, otro para el gobierno de Ecuador y otro para X, identificando con esa letra se supone que a la CIA.
Inclusive Morales instruyó a sus técnicos para que instalasen micrófonos en dependencias como el baño de señoras, donde habitualmente el activista australiano se reunía con sus abogados porque tenían sospechas de que les estaban grabando en otras zonas de la legación diplomática.
Inclusive, utilizando micrófonos láser se grababa al australiano dentro de la embajada, y para evitar la vibración del cristal de las ventanas, y para captar mejor la señal, los técnicos de UG instalaron pegatinas en las ventanas.
Más espionaje con el cambio de gobierno

Con la subida al poder de Lenin Moreno, el espionaje se incrementó, y al parecer el gobierno norteamericano recompensó a UG con jugosos contratos en Estados Unidos.
Uno de ellos fue el multimillonario Sheldon Adelson y algunos de sus casinos en Las Vegas, y también dando seguridad a su yate de lujo cuando este navega por aguas del Mediterráneo, encargándose de ello el propio Morales.
Con esta polémica judicial, y estar casi probado que UG espiaba a sus clientes, la reputación de la empresa se ha visto seriamente dañada.
Fuente – EL PAÍS / Internacional en EL PAÍS
Imagen – Espen Moe / Ervins Strauhmanis / Víctor Santamaría / Foreign and Commonwealth Office / Carol M. Highsmith / Ohana United / Zack McCarthy / Robbie Sproule