
El fallecimiento de la jueza del Tribunal Supremo Ruth Bader Ginsburg, llorada por miles de personas, abre interesantes posibilidades para los republicanos de cara a nombrar un juez conservador, su nombramiento es vitalicio, que apuntale la mayoría conservadora en el alto tribunal
Es lo que parece después de que ayer falleciese la jueza Ruth Bader Ginsburg, uno de los adalides del progresismo en el máximo tribunal de Estados Unidos.
A menos de dos meses para las elecciones presidenciales en aquel país, todo parece indicar que Trump nombrará un juez conservador para cubrir la vacante que deja Grinsburg, un Tribunal Supremo que lleva décadas escorado a la derecha.
El fallecimiento deja a Trump en bandeja de plata nombrar a un juez o una juez afín, que, a fuer de conservador, podría ayudar a su nombramiento en caso de que el resultado de las elecciones fuese ajustado.
Una magistrada relevante

Nombrada por Bill Clinton en el año 1993, no debemos olvidar el detalle que los jueces del Tribunal Supremo de EE. UU. se nombran a perpetuidad, por lo que el nombramiento de un juez del Tribunal Supremo tiene una transcendencia enorme.
El fallecimiento se ha producido en su domicilio a los 87 años, por complicaciones del cáncer pancreático que sufría desde hace años, y se va una jurista relevante que también había sido un icono del feminismo.
Adscrita sin ambages al sector progresista, su voto ha cimentado durante 27 años sentencias judiciales que han hecho efectiva un avance de la igualdad de género, y otros aspectos muy controvertidos que tienen que ver con la igualdad.
Entre esos temas polémicos ha estado el derecho al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos de los migrantes.
Figura relevante del progresismo norteamericano

Su nombramiento, cuando se iniciaba la década de los años noventa del pasado siglo, supuso un hito ya que se convirtió en la segunda mujer que resultaba elegida para ocupar un curul en el alto tribunal.
Bader Ginsburg se convirtió en un icono para la izquierda norteamericana, y era especialmente querida por los más jóvenes, que la convirtieron prácticamente en una figura de culto que adornó, en forma de merchandising, de muchos jóvenes.
Fueron famosas las camisetas con la leyenda Notorious R.B.G, las iniciales de su nombre y apellidos, y que eran un juego de palabras con Notorious B.I.G., un rapero muy famoso en el país.
Tras conocerse el fallecimiento de la juez neoyorquina se organizo en su ciudad natal un multitudinario velatorio público donde se han encendido velas en honor de esta graduada por la Universidad de Cornell.
En la velada se prendieron velas en su honor y muchos de sus participantes entonaron la canción Amazing grace.
Alabanzas desde todos los sectores

El primero en valorar la pérdida de una jurista de primer nivel ha sido el propio presidente del Tribunal Supremo, John Robert, que se ha condolido por la desaparición de su compañera de tribunal.
Roberts ha dicho, en una declaración institucional que “Nosotros en el Tribunal Supremo perdemos a una querida colega. Hoy lloramos, pero con la confianza de que futuras generaciones recordarán a Ruth Bader Ginsburg como la conocimos, una incansable y resuelta defensora de la justicia”.
El fallecimiento de la jurista pilló a Donald Trump subiendo al Air Force One después de haber protagonizado un mitin electoral en Minnesota, y también ha alabado a la juez: “Vivió una vida increíble. ¿Qué más puedes decir? Fue una mujer increíble, estuvieras de acuerdo con ella o no, fue una mujer increíble que vivió una vida increíble”.
Consecuencias de calado

Por lo que hemos explicado líneas atrás, esto es, que los jueces del Tribunal Supremo de EE. UU. lo son a perpetuidad, el nombramiento de cada uno de los jueces tiene una importancia capital, cuyos efectos duran décadas.
Ginsburg era la líder del ala progresista del alto tribunal, con lo cual, y hasta que se nombre su sustituto, el voto de calidad de su presidente no puede decantar el voto hacia un lado u otro.
Por otra parte, un nombramiento en le Tribunal Supremo es una «perita en dulce» para cualquier presidente, máxime uno que pude necesitar de la mayoría conservadora en ese tribunal en caos que el resultado electoral sea ajustado.
Con un nombramiento favorable al Partido Republicano se reforzaría todavía más la mayoría conservadora que hoy en día domina el Tribunal Supremo.
No en vano fue el propio Donald Trump el que nombró a los conservadores Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.
Nombrado por el presidente

En el sistema legal norteamericano, es el presidente de la República el que nombra a los jueces que forman parte del Tribunal Supremo, aunque ese nombramiento lo tiene que aprobar el Senado, actualmente de mayoría republicana.
Como ya hemos indicado el nombramiento es vitalicio, por lo que colocar a alguien afín a la administración de turno del 1600 de la Avenida Pensilvania tiene unas consecuencias que pueden durar décadas.
«Colocar» a un conservador en el lugar de la juez que en sus años mozos perteneciera a la ACLU, escoraría todavía más hacia la derecha a un Tribunal Supremo excesivamente conservador, máxime cuando en los próximos meses tendrá que sustanciar pleitos muy importantes.
Entre los contenciosos que tiene que resolver el alto tribunal se encuentran temas que tienen que ver con el derecho al aborto, asuntos sanitarios como la revocación de la reforma Obama, y temas de inmigración.
En la actualidad seis de los jueces se adscriben al campo conservador y solo tres se encuentran en terreno progresista, de manera que, inclusive, aunque algún juez conservador se alinease con el sector progresista, su mayoría sería clara.
Con tirón electoral

La transcendencia, que ya hemos explicado, del nombramiento de jueces del supremo, y la publicación, en las anteriores elecciones presidenciales, sobre los candidatos que pondría Trump sobre la mesa, fue un argumento para votarle.
Fueron muchos los electores que se movilizaron para votar a los republicanos después de que Trump anunciase que tenía intención de lograr una mayoría conservadora durante su mandato, y ha sido un señuelo que ha vuelto a sacar en esta campaña.
Y los republicanos tienen todas las bazas para hacer y deshacer, habida cuenta que el presidente de la nación y la mayoría del senado son republicanos.
Fuente – EL PAÍS / Ruth Bader Grinsburg en Wikipedia
Imagen – Thomas Hawk / El Cajón / Cat Kosmidis / The White House / Wiki Images / quapan / Gage Skidmore