
Después de la victoria sin ambages que ha logrado el MAS, Evo Morales ha retornado al país desde su exilio bonaerense, pasado de Argentina a su país por el puesto fronterizo de La Quiaca, periplo en le que ha estado rodeado por centenares de sus seguidores, tanto bolivianos como argentinos
Después de un año exiliado en Argentina, Evo Morales vuelve a Bolivia, esta vez por vía terrestre cruzando la frontera que el país andino tiene con Argentina.
Su destino será, por ahora, Chimoré, el pueblo cocalero de la sierra boliviana donde nació y vivió buena parte de sus años.
En loor de multitud

Después de casi un año asilado en Argentina, cruzó el puente que une la parte argentina, el pueblo de La Quiaca con la parte boliviana, en la localidad de Villazón.
En la vuelta al país estuvo arropado por miles de seguidores, y fue acompañado por el máximo mandatario argentino, Alberto Fernández, que se encontraba ya en territorio boliviano.
El político argentino participó, hace pocos días, en la toma de posesión del nuevo presidente boliviano, Luis Arce, del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).
Tras la victoria de Arce, que ganó con el 55% de los escrutinios, un juez boliviano dejó sin efecto la orden de busca y captura que pesaba sobre Evo Morales.
Reivindicación de sus orígenes

Nada más ingresar en territorio boliviano, Evo Morales dirigió un discurso a sus seguidores, donde reivindicó sus orígenes humildes e indígenas.
Recordó que por el puente que ha retornado a Bolivia, lo cruzaban él y su familia cuando de joven iban a trabajar a Argentina a la campaña de la recolección de la caña de azúcar.
También reivindicó que, a pesar de sus orígenes humildes, fue nombrado presidente de Bolivia por la voluntad popular.
En el mitin, Morales estuvo flanquead por el que fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera y dos de sus ministros.
Pueblo boliviano

Su retorno a Bolivia ha sido un clamor, y desde días antes, los seguidores de Evo Morales se hallaban concentrados en la localidad fronteriza con Argentina.
Desde cocaleros de la sierra ataviados con sus coloridos ropajes, a mineros con sus cascos de trabajo, pasando por indígenas y hasta sindicalistas de la izquierda argentina.
Bien es cierto que Morales es apreciado sobre todo en la zona de la sierra, ya que en el llano son muchos los que lo consideran como un dictador.
Ahora, inicia un periplo que lo llevará por el sur del país, para concluir su periplo en Chimoré, su localidad natal, ubicado en la sierra y una población que vive eminentemente del cultivo de la hoja de coca.
En un segundo plano

La realidad es que, en su discurso de aceptación de la presidencia del país, Luis Arce ni siquiera mencionó, de pasada, al que fuera presidente de la nación.
Ello es debido a que no toda la población ve con buenos ojos que Morales haya vuelto al país, debido a que sus reiterados intentos en eternizarse en el poder, motivo por el cual fue destituido, lo hacen parecer como alguien autoritario.
Recordemos que hace ahora un año fue Morales tuvo que huir a México después de que una situación explosiva le hiciera tener que dimitir y abandonar el país.
Los motivos fueron una combinación de altas tasas de desempleo, bloqueo en las principales vías de comunicación. A eso se sumó una policía amotinada y la sugerencia de alto mando militar para que dejase el poder.
Vídeo de agradecimiento

En su despedida de Argentina, el que fuera mandatario boliviano quiso grabar un vídeo en el cual agradecía al mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y al argentino, Alberto Fernández, que lo asilasen.
Evo Morales solo salió de Bolivia cuando el gobierno mexicano le aseguró que podría quedase indefinidamente en su territorio, a pesar de que posteriormente decidió fijar su residencia en Argentina.
En el vídeo también agradece al gobierno argentino que haya resistido todas las presiones a las que se ha visto sometido para que le retirase la protección de la que ha gozado mientras ha residido en territorio austral.
Quejas a la OEA

A la Organización de Estados Americanos, el que fuera mandatario de Bolivia, la tiene demonizada y la culpa de haberle derrocado.
La OEA consideró, y así lo comunicó «a los cuatro vientos», que en las elecciones del 2019 había habido un «pucherazo» que dio la victoria a Evo Morales y al MAS.
Eso, y otras causas precipitaron una crisis política que pocas semanas después depuso, de facto, a Evo Morales como presidente de Bolivia.
Morales no olvida lo que supuso el ser depuestos: muertos, heridos, disturbios en las calles, detenidos y cientos de familias sufriendo la represión del gobierno interino de Janine Añez.
Por tierra y aire

El desplazamiento de Evo Morales desde Buenos Aires, donde residía, se hizo en un avión de la Fuerza Aérea Argentina hasta Jujuy.
De allí, y por vía terrestre se desplazó hasta la frontera desde dicho departamento argentino, para hacer los últimos kilómetros a pie rodeado de sus incondicionales.
Durante el viaje, aprovechó para hacer una visita a la activista social argentina Milagro Sala, que se encuentra en arresto domiciliario por malversación de fondos, aunque eso no es óbice para que la izquierda argentina la considere una represaliada.
¿Y ahora?

Todo parece indicar que el nuevo presidente de Bolivia no sea más que un «hombre de paja» y quien finalmente acabará manejando el país será el propio Evo Morales.
Después del «pucherazo» electoral que lo apartó del poder, todo parece indicar que el MAS seguirá con su proyecto de país y con un gobierno que lo lleve a cabo.
Esencial en las políticas del MAS ha sido que el poder real del país esté en manos del pueblo boliviano, que es eminentemente indígena, fuera de la pequeña minoría criolla que ha gobernado el país desde tiempo inmemorial.
Bien es cierto que los años que ha gobernado Morales, no se ha podido cauterizar la herida que divide a la sierra, indígena y cocalera, del llano, eminentemente criollo.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Sebastián Baryli / Corrado Scropetta / Rogerio Camboim / AHLN / Eneas de Troya / Cancillería Argentina / Yi Fei Bot / Matthew Straubmuller