
La reciente condena de Alexéi Navalni por haber burlado su libertad de condicional, ha puesto el foco de la opinión pública en el sistema penal ruso, un sistema que en gran parte es heredero del GULAG soviético
Aunque ahora las llamen colonias penitenciarias y que ya no nos encontremos en la Unión Soviética, sino en Rusia, el sistema penitenciario del país que gobierna Vladimír Putin, sigue teniendo muchas concomitancias con el GULAG soviético.
El sistema penitenciario soviético ha vuelto a estar en el candelero después de la condena que ha recibido Alexéi Navalni, que, si la comunidad internacional no lo remedia, se pasará los próximos años en una colonia penitenciaria.
Establecimientos penitenciarios decimonónicos

Son los recuerdos que tienen Ruslán Vajapov, del tiempo que estuvo recluido en la colonia penitenciaria IK – 1, ubicado en la localidad rusa de Yaroslavl.
Según llego la administración penitenciara le proveyó de un colchón nuevo, almohada y ropa de cama, y pasó a compartir dos dependencias con otros 130 reclusos.
Allí encontró camas repletas de chinches, cuatro baños y cuatro lavabos a compartir con más de 100 personas y por supuesto, trabajo obligatorio.
Realmente, con la llegada de la democracia, en la que reina ese zar del siglo XXI que se apellida Putin, poco ha cambiado en las instituciones carcelarias de la época soviética.
Rodeados de concertinas, los presidios alojan a los condenados en grandes barracones de ladrillo, cuando no de madera, donde los reclusos están mezclados independientemente del delito que hayan cometido.
La separación de los presos en módulos dependiendo del tipo de delito que han cometido es algo que no existe en Rusia, y la clasificación de los reclusos en grados, que determinan el tipo de régimen penitenciario, es privativo de los países europeos.
Inclusive hay organizaciones de derechos humanos, Amnistía Internacional y otras muchas, que consideran que las condiciones en esas colonias penitenciarias son peores que las del antiguo GULAG soviético.
Alexéi Navalni, condenado por burlar su libertad condicional

Aunque todavía el tribunal no ha designado la colonia penitenciaria en la que será internado, ya ha sido condenado a una pena privativa de libertad de 42 meses, acusado de haber violado su libertad provisional.
En el 2014, el director de la ONG Anticorrupción, fue condenado a una pena de prisión de 4 años, una sentencia que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos calificó como “arbitraria e injusta”.
Navalni, hace pocos meses, fue intoxicado con el agente nervioso Novichok, un veneno desarrollado por la Unión Soviética; con la vida pendiente de un hilo, una ONG alemana le trasladado a ese país para salvarle la vida y revertir el envenenamiento.
Con su ONG, ese licenciado por la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, llevaba tiempo denunciando a la élite cleptocrática que sostiene en el poder a Vladimír Putin y a su partido, Rusia Unida.
Ahora se le condena por no haber acudido a juzgado de Moscú que gestionaba su libertad condicional, mientras estaba hospitalizado en Alemania luchando por su vida.
Le esperan más condenas

No es el único proceso judicial que tiene Navalni en lontananza, ya que acaba de ser condenado a una multa de 9.500 euros por haber difamado a un veterano de la II Guerra Mundial.
Por delante todavía le quedan meses de libertad condicional, y posteriormente un traslado a la colonia penitenciaria que le haya sido asignada.
Los trayectos, que han sido retratados por Amnistía Internacional, muchas veces se realizan con los presos estabulados como ganado, en vagones que carecen de las más mínimas condiciones higiénicas, y en trayectos que pueden durar meses.
Colonias penitenciarias en condiciones extremas

La mayor parte de los presidios en Rusia son colonias penitenciarias, existiendo más bien pocas cárceles en el sentido occidental del término.
El resto son colonias penitenciarias, en número de 670, y muchas de ellas están situadas en lugres donde la supervivencia es difícil, inclusive si no se está preso.
Una de esas colonias penitenciarias está en la región desplobada de Karelia, en la frontera con Finlandia, y en ese presidio pasó varios años el oligarca Mijaíl Jodorkovski que se pasó su condena cosiendo guantes.
Otra colonia penitenciaria famosa es la de Mordovia, en la costa de Mar Blanco, porque allí estuvo presa una de las líderes del grupo de activistas Pussy Riots, Nadia Tolokonnikova.
El caso se hizo viral en los medios occidentales, después de que las Pussy Riots organizasen una performance en la catedral de Moscú; Tolokonnikova fue condenada a una pena de dos años de prisión por vandalismo motivado por el odio religioso.
El país con más presos de toda Europa

Aunque no llega a los niveles de Estados Unidos o de Brasil, Rusia, con una población de 144 millones, cuenta con casi 500.000 de condenados a penas de privación de libertad.
La causa de tantos encarcelados proviene de que el sistema penal ruso no contempla la categoría de «delito menor», por lo que muchas veces las penas por nimiedades son desproporcionadas.
Por otro lado, la hipertrofia de las condenas hace que el sistema penitenciario ruso no esté preparado para absorber tanto preso: las celdas presentan hacinamiento, la higiene es escasa y la malnutrición una realidad.
Una ruleta de casino

Las condenas de los jueces rusos son severísimas y no es raro el caso en que ser detenido en una manifestación de la oposición puede aparejar más de 3 años de cárcel, la penosidad también depende de la suerte.
La principal variable que va a incidir en la soportabilidad de la privación de libertad va a depender de la distancia en que se encuentre la colonia penitenciaria de la familia y amigos.
Hay quien tiene suerte y el presidio se encuentra solo a pocas horas de coche de la ciudad de la que se es oriundo; en esos casos, poder ver a familia, pareja y amigos de continuo hace más llevadera la pena.
Y al contrario: el ser condenado a años de reclusión en una colonia penitenciaria a miles de kilómetros del núcleo familiar, y más si el presidio se encuentra en los confines esteparios del país, puede provocar incluso no sobrevivir a la condena.
Fuente – EL PAÍS / Alekséi Navalni en Wikipedia
Imagen – Bogomolov / Iruu / Rae Allen / Evgeniy Isaev / Ninara / Skarz / Zdenko Zivkovic