
Una nueva ronda de protestas se está preparando en toda Rusia para protestar esta vez que Alexéi Navalni reciba tratamiento médico de sus doctores de confianza; su situación médica es grave a pesar de que ha anunciado que depone su huelga de hambre
Los partidarios de Alexéi Navalni no cejan en sus protestas, que se ven acrecentadas después de que el opositor ruso se haya declarado en huelga de hambre para protestar por el maltrato al que lo están sometiendo las autoridades penitenciarias rusas.
La nueva ola de protestas ha conllevado, hasta ahora, la detención de 1.700 personas, siendo una de las arrestadas Liubov Sóbol, que ejerce de «mano derecha» del abogado y opositor ruso.
Un movimiento imparable

Ni la amenaza de detenciones masivas, ni el férreo control que ejercen los organismos de seguridad rusos están arredrando a los partidarios de Navalni, que esta vez están decididos a «tomar la calle».
El pasado miércoles una marea humana salió a las calles de un gran número de ciudades rusas dispuesta a lograr, como sea, la liberación de Alexéi Navalni que actualmente cumple condena en una colonia penitenciaria.
En lo que llevamos de protestas, los detenidos ascienden a 1.700, y es tanta la importancia que están teniendo las manifestaciones que el propio Vladimír Putin ha advertido a Occidente, en una alocución en televisión, que deje de «manipular» a Navalni.
Registros y detenciones

Ante la insubordinación de los partidarios de Navalni, el Kremlin ha «movido ficha» y ha allanado, en diversas ciudades rusas, las oficinas de la ONG que preside el opositor.
Por su parte, la policía ha detenido a la que es la «mano derecha» del opositor, Liubov Sóbol, y también a la portavoz de la Fundación Anticorrupción, Kira Yarmiysh, en un intento de descabezar al movimiento contestatario.
El descontento «corre como la pólvora»

Se han llegado a reportar movilizaciones inclusive en la lejana Siberia, en ciudades como Jabárovsk o Vladívostok.
Bien es cierto que el lejano oriente ruso las manifestaciones no han sido tan multitudinarias como lo fueron cuando Navalni fue arrestado nada más poner pie en Moscú cuando su vuelo aterrizó en suelo ruso.
En las dos principales ciudades rusas, Moscú y San Petersburgo las autoridades «blindaron» el centro de las ciudades y manifestantes y policía jugaron «al ratón y al gato», lo que saldo con muchos detenidos.
Un Navalni con la salud quebrada

Tras ser condenado por haber vulnerado su libertad condicional – hay que recordar que Navalni tuvo que ser trasladado de urgencia a Alemania después de haber sido envenenado con un agente nervioso – fue internado en una colonia penitenciaria.
Condenado a dos años y ocho meses, su salud se ha deteriorado gravemente en el poco tiempo que ha permanecido preso.
Para presionar la dirección del penal para recibir el tratamiento médico adecuado, Navalni ha comenzado una huelga de hambre que ha empeorado su estado de salud, por lo que ha sido trasladado a un hospital penitenciario.
El opositor ruso ha reportado fuertes dolores de espalda y adormecimiento de las extremidades inferiores y superiores.
Organización extremista

Se trata de una figura jurídica, y las organizaciones que incurren en ella pueden ser disueltas y sus trabajadores sufrir duras condenas de cárcel.
Es la vía que se ha buscado el Kremlin para intentar impedir la actividad de la Fundación Anticorrupción (FBK), que a pesar de las dificultades ha logrado expandirse a muchas ciudades rusas.
Será la próxima semana cuando se sustancie el proceso judicial ante un tribunal de Moscú, y con la opacidad que caracteriza a la justicia rusa, las pruebas están clasificadas y son secretas hasta que se produzca la vista judicial.
La oligarquía rusa siempre ha tenido temor a la actividad de FBK, debido a que se compone de unas élites económicas y políticas corruptas.
En los últimos años la ONG que preside Alexéi Navalni se ha centrado en investigar los tejemanejes económicos del entorno de la «mano derecha» de Putin, Dmitri Medvedev.
Lo último que ha desvelado FBK es un suntuoso palacio que, por testaferros interpuestos, debe de pertenecer a Vladimír Putin, y que se encuentra situado en la costa del mar Negro.
Lo que si se conoce es la pena que pide la fiscalía de Moscú para los más próximos colaboradores de Alexéi Navalni, penas de cárcel que superan los 10 años de reclusión.
Navalni abandona la huelga de hambre

Tras casi más de 20 días, el opositor ha decidió cesar en su empeño por motivos de salud, ya que a la huelga de hambre se suma que todavía no está del todo recuperado de envenenamiento que sufrió con el agente nervios Novichok.
Navalni ha decidido deponer su actitud después de que una exploración médica encontrase que padece de insuficiencia renal, daño neurológico severo, e hiponatremia severa, esto es, una concentración excesiva de sodio en plasma.
De no tratarse los médicos han advertido a Navalni de que podría sufrir un edema cerebral difuso, por lo que el opositor ha comunicado en su cuenta de Instagram que vuelve a ingerir líquidos y comida.
Los motivos de la huelga de hambre eran de índole médica, después que las instituciones penitenciarias rusas impidiesen que el equipo médico que le trata habitualmente pudiese ingresar en el hospital penitenciario en el que está alojado.
Pruebas médicas insuficientes

Es lo que piensa su equipo de médicos después de que Navalni ingresase en un hospital civil de la ciudad de Vladimír donde fue sometido a diversas pruebas de carácter nefrológico, neurológico y cardiológico.
Su equipo médico tampoco ha sido autorizado a entregar el historial médico de Navalni a los médicos del hospital penitenciario en que en la actualidad se encuentra alojado.
Además, sus médicos de cabecera estiman que sería necesario que Navalni fuese trasladado a un hospital moscovita para que se le realizasen prueba más avanzadas, ya que el pronóstico podría empeorar hasta que sufriese una depresión de la conciencia que lo podría llevar al coma.
La vida del opositor la Kremlin, a pesar de que ha abandonado su huelga de hambre sigue pendiente de un hilo, por lo que es necesario esperar a ver la evolución del prisionero, que podría seguir empeorando.
Imagen – Piotr Drabik / Mstyslav Chernov / Evgeniy Isaev / Presidencia de la República Mexicana / Syafiq Sulaiman / Bogomolov / SER