
Estados Unidos y las potencias occidentales han lanzado duras acusaciones contra China por ser el país desde donde han partido una buena parte de los ciberataques que han sufrido importantes empresas occidentales, como la cárnica JBS y los oleoductos de Colonial
Los últimos ciberataques que ha sufrido occidente, a decir de los expertos con origen en China, han hecho subir la tensión con el país que gobierna, además con mano de hierro, Xi Jinping.
Mientras tanto el país de la Gran Muralla da la callada por respuesta, con un tono asertivo en donde solo debate de aquellos temas que le interesan.
La reciente reunión entre el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden y su homólogo chino, Xi Jinping, parece no haber arreglado nada, máxime cuando el tema de los ataques informáticos ni siquiera estaba en la agenda.
Una historia interminable

Los problemas de ciberataques contra intereses occidentales que tienen como origen China o Rusia son de larga data, y es necesario entenderlos en un contexto de guerra híbrida, donde ya nunca más las batallas se celebrarán en exclusiva en teatros de operaciones convencionales.
Tenemos que volver al 2015 para encontrarnos con la primera denuncia estadounidense, nos encontrábamos en la era Obama, sobre un ciberataque originado en China y que tuvo como víctima la Oficina Estadounidense de Gestión de Personal.
El ciberataque se saldó con el robo de información sobre el personal de la administración norteamericana de hasta 20 años de antigüedad.
Campaña mediática

No sabemos si por ser una acusación de actividades ilegales en la red de redes, China ha desplegado todo su potencial mediático para responder a las acusaciones de muchas cancillerías occidentales.
Ha sido la agencia de noticias dependiente del gobierno chino, Xinhua, la que ha lanzado un comunicado en la red social Twitter, que precisamente el gobierno chino impide que utilicen sus ciudadanos, recordando el espionaje de Estados Unidos a su aliado Alemania.
De modo retórico en el tuit la agencia de noticias Xinhua se pregunta ¿Qué es un buen amigo para Estados Unidos?, calificando a Estados Unidos como campeón en el ciberespionaje, inclusive a sus amigos y aliados.
Las cosas no mejoran con Biden

La vuelta al multilateralismo y a la participación en foros internacionales no ha hecho variar ni un ápice la posición de Estados Unidos con respecto a China.
Inclusive las acusaciones de ciberespionaje llegan cuando la relación entre Estados Unidos y China atraviesa sus momentos más bajos.
Son muchos los campos de batalla que tienen las dos potencias, entre otros la competencia tecnológica, sobre todo por el desarrollo del 5G, la guerra comercial y una rivalidad geopolítica que cada vez va a más.
La situación de los derechos humanos, en especial el trato que en Xinjiang el gobierno chino da a la minoría uigur no parece que colabore en mejorar la situación.
Como gato panza arriba

China parece que no está dispuesta a convertirse en un estafermo y recibir las andanadas de la opinión pública occidental, y se ha lanzado a una contraofensiva utilizando los medios de expresión que tiene a mano el PCCh.
Uno de ellos es el rotativo Global Times, en donde en un duro editorial se acusa a Estados Unidos de estar explotando disputas estériles conduciendo el enfrentamiento geoestratégico que tiene ambos países a una mera disputa en el ciberespacio.
En la tribuna también se acusa a Estados Unidos de haber etiquetado, sin ninguna prueba concluyente a China como autora de un genocidio y de crímenes contra la humanidad a raíz de su intervención en Xinjiang.
A pesar de todo se mantiene la interlocución

Además de la reunión de alto nivel, aunque no se resolvió de la manera que deseaban ambas potencias, en Alaska, no se ha roto la interlocución entre ambos países.
De hecho, viva muestra de ello es que la responsable de Asia en el Departamento de Estado, Wendy Sherman, ha anunciado que hará escala en China en la gira que la está llevando por todo el sudeste asiático.
Tal como informa el Financial Times, las relaciones tampoco son todo lo cordiales que Estados Unidos desearía, ya que a Sherman la recibirá el número cinco de asuntos exteriores chino, y no como debería, su homólogo Le Yucheng.
Las tirantes relaciones diplomáticas tienen su correlato en las conversaciones entre altos cargos militares: el secretario de Defensa, Lloyd Austin no será recibido por su par, el máximo representante de la Comisión Central Militar China, el general Xu Qiliang.
En su lugar la reunión con el secretario de Defensa norteamericano tendrá como interlocutor al ministro de defensa, el general Wei Fenghe, lo que a todas luces supone un desplante para la administración Biden.
Declaraciones rimbombantes

Es a lo que se está dedicando Xi Jinping con motivo del centenario de la fundación del Partido Comunista Chino, donde pretende lanzar la idea de que China es un país emergente mientras que Estados Unidos ha entrado en decadencia.
En el discurso que para celebrar el centenario de la fundación del partido único que gobierna en China, el primer secretario del PCCh, celebrado en la Plaza de Tiananmén, no dudó en amenazar a cualquier país que intente oprimir o subyugar a China.
Ante esa virtualidad, Jinping, advirtió que se enfrentarían a una muralla de acero formada por 1.400 millones de chinos, dejando la puerta abierta a cualquier tipo de respuesta, incluida la militar.
China extrema la vigilancia en la red de redes

Y todo este conflicto lo único que está consiguiendo es que China extreme las medidas represivas para con la disidencia en internet.
El control sobre las empresas que operan en internet en china se ha intensificado, con una nueva ronda de inspecciones que no están dejando títere con cabeza.
Una de las empresas que está siendo vigilada es Didi Chuxing, el equivalente chino de Uber, que está sufriendo el escrutinio de hasta siete departamentos del gobierno chino, con especial intensidad de ministerios de Seguridad Interna y de Seguridad Pública.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Dimitry P. / Julian Mason / GLOBAL TIMES / The U.S. Army / Scott / U.S. Embassy Tokyo / manhhai / Steve Webel