
Las autoridades chinas están desarrollando un plan para borrar de la faz de la tierra la cultura uigur de la región de Xinjiang, para lo que están destruyendo mezquitas y epicentros culturales en la región para superponer y hacer mayoritaria la cultura Han, de la etnia dominante en China
Es lo que lleva viendo lustros la región china de Xinjiang, donde el gobierno chino desarrolla una planificada campaña de genocidio cultural, acabado con cualquier vestigio de la cultura uigur.
Pero al genocidio cultural se une una cruenta política de asimilación – los uigures son de origen turcomano y además de religión musulmana – en donde se ha producido la llegada masiva de colonos de la etnia Han, la mayoritaria en China.
Como Atila

Es el proceder del gobierno chino, que lidera Xi Jinping, con respecto a Xinjiang, en donde en importantes ciudades han sido clausuradas todas las mezquitas, como es el caso de Kashgar.
En otras, como en Hotan, se ha borrado de la faz de la tierra un buen número de cementerios musulmanes y los santuarios de esa misma región.
Un estudio independiente calcula que el 65% de los lugares de culto musulmán han sufrido algún tipo de daño, bien por la acción directa del gobierno de Pekín o bien por grupos controlados por el gobierno.
Parque temático

Es en lo que se ha convertido Xinjiang para muchos turistas que llegan a este territorio desde otras partes de China.
No es raro encontrarse a turistas, a todas luces de la etnia Han, pertrechados de sombreros para protegerse del sol, y con cámaras fotográficas que aprecian la fisonomía de unas ciudades muy pintorescas.
Con lo que se encuentran habitualmente los grupos de turistas que siempre van acompañados de un guía oficial es con edificios con minaretes, a todas luces mezquitas, cerradas a cal y canto.
La mayoría de ellas ha tenido que cerrar después de que el gobierno de la región de Xinjiang les haya retirado el permiso para ser lugares de culto.
Los atropellos contra la idiosincrasia uigur son múltiples: minaretes derribados en las mezquitas, desacralización de estas y colocación de propaganda del Partido Comunista Chino.
También se ha producido una reasignación de funciones a muchas mezquitas: las más han sido reconvertidas en almacenes y algunas otras en el poco tiempo que ha mediado desde su cierre se han convertido en auténticos muladares.
Lanzar balones fuera

A pesar del evidente genocidio cultural, las autoridades defienden que ningún uigur se ha visto amonestado por seguir practicando la religión musulmana.
Eso sí, tal como recitan los guías turísticos a cualquiera que quiera escucharlos, ahora solo se puede acudir al rezo a las mezquitas más grandes y sobre las que el gobierno de la región establece un férreo control.
En el epicentro de la cultura uigur

Es sin duda la ciudad de Kashgar y allí también se ha limitado la libertad de culto de los uigures de religión musulmana, con centenares de espacios de culto que han sido clausurados.
Inclusive en una de las mezquitas más famosas de todo Xinjiang y que afortunadamente todavía sigue destinada al culto, nos referimos a Id Kah, en su frontispicio se ha colocado un estentóreo cartel con el lema “Amar a la Patria. Amar al Partido”.
Inclusive con la «creatividad» que tiene el PCCh para reformar las mezquitas, una de ellas fue reconvertida en cafetería y otra en urinario, aunque la tónica general es la de cerrarlas a cal y canto.
Perceptible hasta por los satélites

El genocidio cultural que se está produciendo en Xinjiang es perceptible hasta por los satélites que escudriñan el cielo.
Las imágenes que lanzan esos satélites dan viva muestra de la desaparición de referencias culturales uigures en todo el territorio al que el gobierno chino denomina como autónomo.
Inclusive, aprovechando que se estaba celebrando el aniversario de la fundación del Partido Comunista Chino, algunas instalaciones culturales que llevaban siglos en la región se han derruido para construir parques.
Uno de los más espectaculares está en la ciudad de Hotan, que se encuentra presidido un monumento formado por una hoz y un martillo, el meme más conocido del comunismo, que presenta los valores fundamentales del socialismo.
En donde ahora está el parque que ensalza los valores del comunismo, hasta hace nada había una mezquita que fue derruida para la construcción de la nueva instalación.
No es el único expolio que se ha cometido en Hotan donde en el solar, ahora vacío pero que también albergaba una mezquita, se está proyectado una importante instalación hotelera, que se complementa con un gran aparcamiento.
Borrado cultural

Es la conclusión de un reciente informe que ha publicado ASPI, un instituto australiano que se dedica a investigar en geopolítica, que muestra que de las 24.000 mezquitas que existían en la región autónoma de Xinjiang, el 65% han resultado dañadas.
Por no hablar de las 8.500 que directamente han sido demolidas, así como el 30% de los lugares con relevancia islámica, mientras que en el 28% se han producido importantes alteraciones.
Las conclusiones de ASPI es que toda esa destrucción está ordenada desde Pekín, aunque es la estructura del PCCh en la región la que ejecuta la destrucción del acervo cultural uigur.
Lo que está intentando, y consiguiendo a tenor de las informaciones que llegan de Xinjiang es borrar de la faz de la tierra la cultura uigur, llevando a cabo una política para superponer la cultura Han, la de la etnia más abundante en China.
Inclusive, como se refiere desde el Instituto China de la Universidad de Manchester, se está modificando el espacio y la distribución en las viviendas, para convertirlos en algo que el PCCh considera como moderno y civilizado.
El gobierno chino lo niega todo

Desde Pekín se niega, por activa y por pasiva que se esté llevando a cabo un genocidio cultural en Xinjiang, y también se niega que se pretenda borrar de la faz de la tierra, al menos de la china, la religión musulmana que profesan mayoritariamente los uigures.
Tal como refieren las autoridades la Constitución china respeta las creencias religiosas de sus ciudadanos, sean cuales fueren estas, incluidas las musulmanas, aunque China es un estado aconfesional.
Para la destrucción de mezquitas y lugares que muestran el acervo cultural de los uigures, el gobierno chino se escuda en que muchas de esas instalaciones, mezquitas, monumentos, estaban en un estado deplorable de conservación.
En cuanto al culto musulmán, las mezquitas, aquellas que sobreviven, ya no están abiertas todas horas, ya que solo se abren a las tres de la tarde para el rezo, aunque la observancia musulmana obliga a rezar cinco veces al día en dirección a La Meca.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Person with no name / Shadow Gate / David Stanley / Rutger van der Maar / sunoochi / Cancillería Argentina