
Francia se dispone a reducir a la mitad los efectivos militares involucrados en la operación Barkhane, misión basada en la lucha contra el terrorismo yihadista en el Sahel, aunque nadie cree que abandone definitivamente la zona
Aunque en esta ocasión no hablamos de Afganistán, sino del Sahel africano, donde Francia lleva más de una década batallando contra el terrorismo islamista, donde muchos de los corpúsculos siguen la dirección del ISIS.
La retirada de tropas de la operación Barkhane, así se bautizó el operativo, coincide con una ofensiva yihadista que ha dejado ya 2.300 muertos solo en lo que va de año.
Todo previsto para la 2022

Fuentes del Elíseo estiman que para el próximo año 2022 los operativos de la operación Barkhane se habrán reducido en un 40%, en una operación que ha llegado a contar con 5.400 militares franceses.
De cualquiera de las maneras no se trata de un abandono a su suerte de los países de esa región de África azotada por el terrorismo yihadista, ya que Francia seguirá liderando esa lucha contra el terrorismo en la región.
Bien es cierto que uno de los miedos de Francia es que la retirada de militares franceses envalentone a las organizaciones terroristas y acabe provocando una ofensiva de esos grupos.
Actualmente la misión Barkhane opera en Malí, Burkina Faso y Níger, y cuenta con el consenso de todos esos países que prácticamente carecen de recursos para hacer frente al terrorismo yihadista.
Reducción a la mitad

A pesar de que todavía quedan algunos flecos, Francia tiene la intención de reducir su presencia militar a la mitad, pasando de los 5.000 soldados ahora desplegados a solo 2.500 efectivos.
Al mismo tiempo, también se va a dar una reducción de sus acuartelamientos, siendo uno de ellos el situado en Yamena, la capital del Chad.
A partir de ahora Francia solo va a dejar completamente operativas sus fuerzas especiales y las brigadas de información procediendo a una paulatina retirada del resto de sus fuerzas militares.
Causas de una retirada

Son de variado tipo, aunque la prioritaria es el cansancio de una misión que ya dura 8 años y que ha provocado la muerte de más de 50 militares franceses.
En esos casi 3.000 días, las fuerzas militares francesas no han logrado una victoria clara sobre una constelación de corpúsculos terroristas que operan en esa región de África, y que actúan de manera descentralizada.
El yihadismo, en estos ocho años, no ha hecho sino avanzar en la región, llegando en sus atentados terroristas a unas cotas de salvajismo como no se conocían, y con unas estructuras móviles que impiden una victoria decisiva sobre las mismas.
Además, con las elecciones presidenciales «a punto de nieve» la actual administración no se arriesga a seguir apoyando la operación Barkhane que tan mala prensa tiene entre la opinión pública en la metrópoli.
Por último, en la retirada también tiene mucho peso la inestabilidad que se ha instalado en la zona, donde se ha producido un golpe de estado en Mali, y también la muerte en acción militar del presidente chadiano Idris Déby.
Gira por el Sahel

Es en la que se ha embarcado el jefe del Estado Mayor del Ejército francés después de que en muchas cancillerías de países de la región se encendiesen todas las alarmas por el rumor de la retirada de los militares franceses.
Thierry Burkhard ha participado en reuniones al más alto nivel con los gobernantes de Chad, Níger y Mali, donde ha dejado claro que Francia mantendrá el compromiso de asistencia militar con los países de la región.
Burkhard ha informado a los mandatarios africanos que la retirada de la mitad de los efectivos de Barkhane se va a compensar con efectivos de la Fuerza Especial Takuba, que llevan desplegados en Mali desde el 2020.
Una fuerza que debe de crecer

A pesar de la voluntad europea con la Fuerza Especial Takuba, la realidad es que sus efectivos, en estos momentos, superan por poco los 700 militares.
Además, países como Alemania o España se han negado a enviar tropas que engrosen la fuerza, por lo que la Fuerza Especial Takuba se encuentra formada en estos momentos por soldados suecos, italianos, estonios y checos.
Por ello se hace necesario, a decir de muchos analistas en geopolítica, que o bien se dote con más efectivos a la misión Takuba o se cree otra fuerza que pueda sustituir a los efectivos franceses que se retiran de la operación Barkhane.
¿Es posible un nuevo escenario afgano?

Es la pregunta que se hacen muchos editorialistas franceses y de medios de medio mundo, aunque la mayor parte de ellos dan una negativa por respuesta.
Y el principal punto a favor de que nos se vaya a repetir la «espantada» de Afganistán se encuentra en que Francia no deja el Sahel, como han hecho sus pares norteamericanos en Afganistán.
De lo que se trata es de un redimensionamiento del número de efectivos que participan en la misión, del mismo modo que el tránsito desde la operación Serval a la actual Barkhane supuso una reducción del número de militares.
Al mismo tiempo, la amenaza talibán no se puede comparar con la que ejercen los yihadistas del Sahel: los talibanes ya estuvieron en el gobierno de Afganistán entre los años 1996 y 2001, algo que por el momento parece vedado a los terroristas del África Subsahariana.
Cambio de ciclo

Lo que sí se podrían ver beneficiados los terroristas del Sahel es con un cambio de ciclo que ha supuesto la conquista de Afganistán, nuevamente, por los talibanes.
Las potencias occidentales, entre ellas Francia, se aprestan a parlamentar con los talibanes, lo que podría inducir a que Francia hiciese lo mismo con lo corpúsculos terroristas en el Sahel, aunque por el momento la diplomacia francesa se ha cerrado en banda a esa posibilidad.
Unos ejércitos de pacotilla

Es lo que son las fuerzas armadas de la mayoría de los países del Sahel africano, que sin la asistencia militar francesa no podrían hacer frente a los grupos terroristas yihadistas que operan en sus territorios.
Además, no es solo el ejército francés el que da asistencia a los ejércitos de los países que conforman el Sahel, y cada uno de ellos tiene una cultura militar diferente que es la que traslada a sus pupilos.
La mayor parte de los ejércitos de la zona carecen de la cohesión necesaria y el espíritu de corps necesario para poder hacer frente de una manera unitaria a la amenaza terrorista que se produce en sus países.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – U.S. Army Southern Europe / Defence Images / Poppo / CELCOM / Óglaigh na hÉireann / Resolute Support Media /