
Se cumple una década de movimiento que ocupó el bajo Manhattan protestando contra el capitalismo depredador, y diez años después no existen un consenso sobre lo que supuso el movimiento: ¿promotor de Black Lives Matter o solo un asterisco en los libros de historia?
Se cumplen diez años de unos de los movimientos políticos nacido al calor de la crisis financiera del 2008, y que intentó, bien es cierto que ilusamente, ocupar la calle donde reside el poder económico de los EE. UU.
Para algunos dejó una huella imborrable y convirtiéndose en precursor de otros movimientos sociopolíticos, como es el caso de Black Lives Matter.
Circunscrito únicamente a la influencia política, precipitó el liderazgo, que todavía mantienen, de políticos como Bernie Sanders, Elizabeth Warren y el escuadrón, un grupo de jóvenes políticos demócratas que han llegado para romper moldes.
Sin embargo, también hay una amplia panoplia de analistas políticos que creen que Ocuppy Wall Street se ha quedado, con el tiempo, en agua de borrajas.
99%

“Somos el 99%” fue uno de los eslóganes estrella del movimiento Ocuppy Wall Street, un marchamo que algunos otorgan la paternidad a Joseph Stiglitz.
Con esa sentencia el afamado economista norteamericano pretendía diferencia a un 1% de la población norteamericana que detenta el poder político y económico, en contra del 99% de ese contingente humano que tiene muy poca influencia.
El movimiento comenzó el 17 de septiembre del 2011 y se desarrolló en el distrito financiero de la ciudad de Nueva York.
Rebelarse contra la plutocracia

El movimiento nació con la intención de protestar contra la desigualdad económica y la injusticia que lleva aparejada, sobre todo en la cuna del capitalismo como son los Estados Unidos de América.
La acción de desobediencia civil llevada a cabo en Nueva York corrió como la pólvora y pronto fueron 28 ciudades del país que gobierna Joe Biden, las que se adhirieron al ese movimiento de cariz político social.
Inclusive la onda expansiva llegó a otros centros financieros mundiales, caso de Londres, París y Berlín, llegando incluso a Latinoamérica y el Lejano Oriente.
Las concentraciones se reprodujeron en 750 ciudades, bien es cierto que, con unas convocatorias desiguales, que iban desde los cientos de manifestantes a los varios miles que se cifraron en Europa.
Primavera árabe

El movimiento en Wall Street también coincidió con lo que se ha venido en llamar la Primavera Árabe, un movimiento que en Oriente protestó contra la falta de libertad política en muchos regímenes autocráticos.
Si recordamos el movimiento comenzó en Túnez cuando un vendedor ambulante se quemó a lo bonzo para protestar que la policía le requisase toda la mercancía que tenía para vender y para sobrevivir.
Las protestas, que se extendieron por Oriente como un reguero de pólvora, hicieron caer al gobierno de Túnez, al de Egipto y el régimen libio.
Todos esos países eran gobernados por sátrapas que en algunos casos llevaban más de tres décadas en el poder, y provocaron en algunos casos una guerra civil, como es el caso de Siria, una guerra que aún hoy continúa.
Pero al igual que Ocuppy Wall Street, el movimiento prodemocracia acabó diluyéndose, y en algunos casos, como en Egipto, el ejército ahogó en sangre el levantamiento pacífico y colocó a otros sátrapas en el poder.
Llamado a cambiar el mundo

El significado que se le ha dado al momento que se desarrolló en el distrito de Manhattan ha sido variado, y existen dos interpretaciones sobre el mismo.
La diferencia en el análisis depende mucho desde que perspectiva se observó el proceso: los que participaron en él y los que lo vieron desde la barrera.
Los que se las vieron con la policía consideran que Ocuppy Wall Street removió los cimientos, muy profundos, del capitalismo norteamericano y las economías de mercado de la mayoría de los países occidentales.
El movimiento hizo virar al Partido Demócrata hacia posiciones más progresistas y precipitó el surgimiento de figuras políticas que se podrían calificar incluso como socialistas, con lo peyorativo que se considera el término en Estados Unidos.
Políticos como Bernie Sanders fueron encumbrados a la primera línea del relumbrón político, aunque Sanders es un veterano – así mismo se califica como socialista – político que lleva más de 30 años en la res publica.
Al mismo tiempo, permitió, en ese mismo partido político, el surgimiento de una nueva hornada de líderes, como es el caso de Alexandria Ocasio-Cortez, la líder oficiosa de lo que se ha denominado el escuadrón.
Solo una mácula en el vetusto polvo de la historia

También ha habido sesudos analistas, que normalmente vieron Ocuppy Wall Street desde la barrera, que consideran que aquello fue un fracaso absoluto.
Lo único que lograron es convertirse en un movimiento testimonial y hasta folclórico que nada cambió ya que, por si fuera poco, después de la crisis financiera de 2008, el capitalismo se ha hecho más omnipresente y depredador.
Si la influencia en la economía fue minúscula, menor fue el impacto que tuvo en la política, ya que precipitó de nuevo la subida al poder de políticos republicanos y conservadores, como es el caso de Donald Trump.
Inclusive, y aunque se ha tratado de un paréntesis republicano y los demócratas están de nuevo en el poder, su actual máximo paladín, Joe Biden, no es sino un miembro del establishment político de Washington.
Una zarabanda producto de un correo electrónico

Que fue el que le envió Micah White impresionado por el levantamiento de la Primavera Árabe y que incitó a sus contactos a ocupar andando el distrito financiero de Wall Street, impresionado por las imágenes de la plaza Tahrir de Egipto.
Debemos de recordar que la toma de la plaza cairota, que se pudo ver en la CNN, precipitó la caída de Hosni Mubarak, un dictador que llevaba gobernando con mano de hierro Egipto desde hacía más de 30 años.
White era redactor jefe de una revista canadiense anti consumista que se publica en la canadiense Vancouver y que lleva el nombre de Adbusters, y en la lista de suscripción por correo electrónico incitó a la ocupación.
Lo que buscaba era lograr que 20.000 personas ocupasen el bajo Manhattan y que convirtiesen aquello en un campamento con tiendas y cocina de campaña, barricadas pacíficas y que mantuviesen la ocupación unos cuantos meses.
Diez años después, no existe un consenso sobre lo que supuso el movimiento Ocuppy Wall Street, pero lo que no se puede negar es que se convirtió en un revulsivo contra un capitalismo depredador que había provocado una crisis económica que «solo» afectó al 99% de la población mundial.
Fuente – el diario / Primavera Árabe en Wikipedia
Imagen – Harrie van Veen / Tony Fischer / Mona / Kevin Hill / Store / Angela Marie